domingo, 21 de diciembre de 2008

Cuando un amigo se va...

Termina una semana repleta de despedidas...

Primero le dijimos adiós a Nora, que se nos fue el viernes para viajar con el novio durante las fiestas natalicias. No volveremos a verla hasta el año que viene, o sea de aquí a un par de semanas.

Después tocó lo más difícil, que fue separarse del perrín después de semana y media de cariños intensivos. En los pocos días que estuvo bajo nuestros cuidados, el cachorro mejoró muchísimo. Lo desparasitamos por completo y en un par de días lo teníamos ya correteando por todas partes y mordisqueándonos las chanclas. La verdad es que se nos estaba poniendo hermosa la criatura. Mirad qué ojitos tiene, ¿a que parece sacado de un dibujo de Pokemón?



La buena noticia es que se lo ha quedado Balaramán, nuestro experto en informática. Dado que de aquí a final de año se nos muda al vecindario, podremos seguir de cerca el crecimiento de nuestro protegido.

Y hoy, la tercera y última despedida. Probablemente definitiva. Se me ha casado mi amigo Siddharth, el que me sacaba de mi cueva para ir a escuchar conciertos rockeros. Hace tiempo que no os lo mentaba y es que empezaron a escasearme sus noticias desde hace cosa de dos meses.

Una noche, a principios de octubre, recibí un alarmante mensaje en el móvil. Decía algo así como que andaba estresadísimo porque acababa de reaparecer su ex-novia por Trivandrum, acompañada por su padre, y con declaradas intenciones nupciales. Y ya no supe nada más de él, hasta este miércoles en que por la puerta grande aparecieron sus padres invitándonos a la boda.



Así que hoy he tenido el privilegio de asistir en primera fila a una boda tradicional keralita.

Primero aparece el novio con su familia. Después de realizar unas "poojas", el novio se sube a un estrado florido donde espera, primero de pie y después sentado, la llegada de la novia.



Entra la novia de la mano de su padre, siguiendo un cortejo de damas de honor. Ella también hace sus "poojas" antes de subirse al estrado.



En todo momento, la pareja está rodeada de un coro de ayudantes que le atusan el pelo a la novia y le soplan al novio lo siguiente que tiene que hacer. El ritual comprende varias etapas que se suceden con extrema rapidez.



Primero el novio le coloca una girlanda de flores a la novia. Luego le toca a ella pasarle el "lazo" al cuello.



Después se colocan los anillos, sin antes contestar a pregunta alguna (no vaya a ser que en un despiste se les olvide la respuesta correcta), ni se tercie beso alguno después.



La novia le coloca al novio una cadena de oro (un gesto añadido a la tradición antigua) y el novio le entrega a ella una bandeja con tres saris: uno blanco, uno rojo, y otro del color preferido de la novia (en este caso, rosa). Esta es la parte más importante de la ceremonia, simboliza el paso de la mujer a su nueva familia donde será recibida con galas de realeza. La entrega de los saris tiene que hacerse con la máxima concentración pues si por desgracia se cayese al suelo la bandeja o parte de su contenido, esto traería muy malos auspicios para el matrimonio.



Para terminar, el novio echa unos polvos de "tikka" sobre la cabeza de su recién tomada esposa (la "tikka" es ese polvo rojo que llevan las indias casadas en la raya del pelo).



Me temo que no volveré a recibir noticias de Siddharth de aquí a un tiempo infinito. En la India, cuando un amigo se casa, se queda un árbol caído que ya no vuelve a brotar... y os dejo que terminéis por mí la copla.

Que sean muy felices.

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2 comentarios:

Carol dijo...

Qué boda más bonita. Es como una película de Bollywood. Si hasta se puede escuchar la música leyendo tu post :)

Cuídate!

Anónimo dijo...

Feliz Navidad y que el 2009 sea un año estupendo.Un abrazo muy fuerte desde Segovia.