domingo, 9 de agosto de 2009

Contando los días...

¿Dos meses? Me cuesta creer que hayan pasado ya dos meses (casi) desde mi última entrada en el blog. Y un año desde que llegara a la India con un maletón cargado de ilusiones...

No sé si habréis oído alguna vez la teoría de la W. Describe el proceso de adaptación a una cultura nueva. Llegas a tierras exóticas con un optimismo y una curiosidad desbordantes. Con ojos de neonato, recibes las imágenes de un nuevo mundo con fascinación y exaltamiento. Con tus primeros contactos, aunque solo se trate de un fugaz intercambio de sonrisas, se te hincha el pecho de jubilo celebratorio. Todo te parece único, especial, trascendente.

Pasa el tiempo y se te va apagando el halo encantado del recién llegado. Descubres, probablemente de forma brutal, que no todo lo reluciente es oro. No toda sonrisa encierra simpatía, ni toda promesa conlleva cumplimiento. Aprendes a desconfiar, se te quitan las ganas de amigar con nadie. Saludas, sonríes y pasas. A veces, incluso los mandas al diablo, con una voz interior que solo tú oyes. Les devuelves el cambio de su hipocresía. Has tocado la primera punta de la W.

Como en toda cuesta arriba, subirse a la cima lleva tiempo, sudor y lágrimas. Más cuando se trata de remontar el tramo de una caída. Poco a poco, paso a paso, vas haciendo camino: en ello sigo.

Te sabes a la mitad de la W, cuando has encontrado un justo equilibrio entre los valores propios e indígenas. En algunos casos, incluso ya no distingues lo tuyo de lo ajeno.

El siguiente declive se produce cuando vuelves a tu punto de origen, a tus raíces, a tu casa... pero algo ha cambiado. Algo te resulta fuera de sitio, desplazado, desencajado: y eres tú. Cosas que antes dabas por sentado, ahora te sorprenden. Echas de menos sensaciones que no aciertas a explicar. Aburres a tu familia y a tus amigos, cada vez que empiezas una frase: "Cuando yo vivía en la India..."

Bueno, todavía no he llegado al epicentro de mi W. Aunque no sé por cuánto tiempo, aún sigo viviendo en la India. Le doy vueltas y más vueltas a lo que quiero hacer de mi vida en los próximos meses. Se me ocurren muchas ideas, aunque mi visión no alcanza al largo plazo. Todavía no me veo en Europa, aunque cuento los días para mis inminentes vacaciones. Vuelo dentro de dos semanas. Mi primera escala será en Bahrain; la segunda, en París. El 7 de Septiembre, aterrizo en Valencia.

Ya solo faltan 14 días para dormir en una cama sin hormigas...

1 comentario:

avistu dijo...

Cuanto tiempo tienes entre vuelos en Bahrain? a lo mejor consigues comida, alojamiento y transporte al centro gentileza de Gulf Air ;)

Hasta la vista hormigas!