Mañana

Ya está. Maleta hecha, ducha habida, abuela llamada, paella comida, libro leído.

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Llevo pasaporte, billete, dinero, cámara. No me olvido del cepillo de dientes, ni del repelente para mosquitos, ni del protector de labios. Salvo para una cena en casa de los Uribe, creo que llevo ropa para todas las ocasiones.

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Aún así, tengo la impresión de que algo se me olvida. Probablemente me acuerde cuando esté a más de cuatro mil metros de altura...

Mañana me espera un día de 31 horas. A las cuatro de la tarde, hora caribeña, aterrizo en Bogotá.

Mi próximo post, desde Cartagena de Indias :o)


¡Protección solar! Se me olvidaba la protección solar...

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