En Cartagena de Indias, Juan Pablo me hizo sudar la gota gorda. No tanto por el calor costeño cuanto por sus fantásticos embrollos.
Avisado estaba de que como siguiera mintiendo, en algún momento iba a dejarlo en mal lugar sin yo quererlo. Claro está, no hizo ningún caso de mis advertencias. Primero me presentó como su amiga y "gran periodista" Isabel, después como su "enlace Arcángeles" de España, luego se inventó que iba a abrirle una oficina en Valencia, y más tarde le añadió Madrid a su inconmensurable bola. Juan Pablo, obviamente, es inmune a mis miradas asesinas.
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En fin, tres días estrechando manos y evitando todo contacto visual, para que nadie se atreviese a hacerme preguntas.
Hoy, en mi primer día en Arcángeles, me ha presentado a todo el personal de su sede bogotana (calculo unas 25 personas), como "la Doctora Isabel, Abogado de Valencia, que pasará un par de meses en la fundación para formarse con nosotros". Y añadió, "Por favor, atiéndanmela bien, que ella ha venido aquí para hacer de preguntona".
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Después de mucho sonreír, mucho estrechar manos, y mucho no saber ni dónde meterme ni qué hacer con myself, tuvimos una primera reunión para discutir el proyecto de la página web y Juan Pablo me encomendó mi primer encargo.
Tengo que escribir para mañana un "manifiesto" para la sección de voluntarios de la fundación. Quiere algo conmovedor y grandilocuente, en plan juramento de bandera, con la cabeza alta y la mano sobre el pecho hinchado...
Así que os voy a dejar para ponerme a la tarea y a ver qué sale...
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